DISCAPACIDAD EN EL COLECTIVO LGBTIQ

Sigue siendo un tabú en la actualidad hablar de discapacidad en el entorno social y más aún hablar de discapacidad en el entorno social LGBTIQ, donde de alguna manera entre nosotros mismos nos discriminamos entre sí, solo por no tener un cuerpo agradable, por si es obeso/a, si es delgado/a, por si es bello/a o no, aunque la belleza sea subjetiva, por si es alto/a o bajo/o y estereotipos que las redes sociales nos imponen, pues se imaginarán entonces como será para las personas LGTBIQ que cuentan con una discapacidad.

Las personas con discapacidad ya sea física o mental NO tienen derecho a disfrutar de su sexualidad (según algunos), lo que puede llegar a multiplicar la DISCRIMINACION del colectivo LGBTIQ.

Tal y como establece la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, la discapacidad es un concepto que evoluciona y que es el resultado de la interacción entre la deficiencia de una persona y los obstáculos – tales como barreras físicas y actitudes imperantes – que impiden su participación en la sociedad.

Independientemente de las diferentes experiencias que enfrentan personas del colectivo LGTBIQ con discapacidad, demuestran que existen esfuerzos para que las personas con discapacidad puedan lograr y mantener la máxima independencia, capacidad física, mental, social y vocacional, y la participación plena en todos los aspectos de la vida.

Pero que existe un desafío para que el Estado se organice y amplíe servicios y programas para asegurar que esta sea la norma para quienes actualmente enfrentan discriminación por su discapacidad, y no sea la excepción únicamente.

Debemos recordar que todo ser humano es sexual por naturaleza. Las personas con discapacidad no son ASEXUADAS. Como se los mencione anteriormente ya existe una discriminación por ser del colectivo LGBTIQ o por los mismos cuerpos estereotipados la atracción solo se va hacia ese tipo de individuos y las personas con discapacidades son marginados y olvidados hacia un tercer plano nada relevante desafortunadamente.

En las personas con discapacidad ha habido una tendencia a la INFANTILIZACION, A PRIVARSE DE SU SEXUALIDAD Y DE SUS PROPIOS DESEOS COMO HOMBRES O MUJERES, lo que conlleva a la libre expresión de género, orientación e identidad sexual. A disfrutar libre y plenamente del acto sexual con otro individuo.

Por eso es importante tener en cuenta los 4 ejes del trabajo básico para nuestra población LGBTIQ con discapacidad

1- Acabar con el silencio alrededor de la sexualidad.

2- Favorecer la intimidad, la cual muchas veces por el entorno familiar se ha primado por la sobreprotección.

3- Ofrecer autonomía como sea posible sobre todo de amigos, cuidadores y familiares.

4- El acceso a el cuerpo.

Es importante por eso la interacción con el /la otra persona. No se puede volver “normal” para ellos los estados de esta comunidad como el autoerotismo, la masturbación o el sexo imaginario solamente. No debemos solo priorizar la discapacidad por encima de su orientación o identidad de género.

Discapacidad no es igual a un ser inútil. Y son ideas que van acompañadas de rechazo, desprecio, sobreprotección o subestimación hacia estas personas.

El estigma social es el principal problema por no llamarlo obstáculo para el desarrollo y la aceptación hacia esta comunidad. Por eso lo que debemos y tenemos que resaltar son las capacidades y no sus limitaciones.

Un estudio de caracterización a población con discapacidad y que a su vez son personas de los sectores sociales LGBTI- Lesbianas, Gay, Bisexuales, Transgeneristas e Intersexuales dio como resultado que esta comunidad se siente doblemente discriminada en Bogotá. Y nos solo por su respeto al libre desarrollo de su sexualidad, sino también en el entorno a el acceso de educación pública o privada, a los derechos de una integración completa en el sistema de salud y pensión y más aun a posibilidades de adquisición de vivienda. ¡Y volvemos a lo mismo!! todo por su condición de discapacidad y peor aún por su orientación o condición sexual.

Tuve la oportunidad en noviembre del 2021, una tarde de descanso en casa ver mi plataforma de Netflix y contar con la suerte de ver por sugerencia al inicio de sesión “serie recomendada: SPECIAL”, escrita y protagonizada por Ryan O'Connell quien es un escritor, actor, director, comediante, activista LGBTIQ y defensor de la discapacidad estadounidense. 35 años de edad abiertamente gay (en su mente y solo en su entorno familiar) y quien cursa con una discapacidad llamada parálisis cerebral. Quien por un accidente decide dejar atrás su aislamiento social, su vida enclosetada gay, la sobreprotección materna y su propia limitante física y mental como excusa para tener y vivir la vida que siempre quiso y soñó. Una serie que nos enseña demasiado, nos deja una lección de vida y de aceptación, una serie claramente inspiradora para uno y para los demás y que nos deja un mensaje claro de inclusión y de amor.

Por eso no nos quedemos con los mensajes erróneos de los medios de comunicación, de las redes sociales, de conceptos propios de belleza, de estigmas sociales. Todos los seres humanos podemos ser amados, disfrutar de una sexualidad plena y de tener las mismas oportunidades sin importar si contamos o no con una discapacidad física o mental. Demos la oportunidad de ver más allá del físico o de la limitante y veamos el gran ser humano que podemos tener enfrente nuestro. ¡La vida está llena de eso! de OPORTUNIDADES. El peor error que podemos cometer como individuos en una sociedad es la de juzgar y excluir. Ama en todas sus formas, y especialmente si eres parte del colectivo LGBTIQ, ¡NO LO OLVIDES!